domingo, 31 de marzo de 2013

Suicidios, desahucios y manipulación


2004 fue un año de bonanza económica para España. De hecho, todas las encuestas apuntaban una victoria incontestable de Mariano Rajoy en las elecciones que tuvieron lugar en marzo de aquel año, dando así continuidad a los ocho años del PP en el poder con José María Aznar como presidente. La mayoría de los españoles estaban contentos con la situación de España, hecho que se reflejaba en las encuestas. Los atentados de Atocha por parte de Al Qaeda, en cambio, cambiaron el guión y provocaron que José Luis Rodríguez Zapatero alcanzase la presidencia. Aun así, la situación del país era buena y de hecho se continuó con esta dinámica positiva hasta el comienzo de la crisis, que tuvo lugar entre 2007 y 2008. 

En contraste con la buena situación económica, 2004 fue también el año en el que más suicidios tuvieron lugar en la historia de España, superando las 3.500 muertes. En 2011, en cambio, esta cifra se redujo hasta las 3.180 defunciones, de modo que podemos afirmar que la crisis económica que asola España apenas ha influido en la tasa de muertes de este tipo, según las cifras ofrecidas por el Instituto Nacional de Estadística (INE). De hecho, desde 2007, cuando comenzaron los problemas en la economía mundial, el número de suicidios ha disminuido año a año, excepto en 2011, última fecha de la que se tienen datos y cuando las muertes de este tipo aumentaron ligeramente.


Por otro lado, los desahucios han aumentado de manera considerable desde el comienzo de la crisis económica, como es normal. Resulta complicado ofrecer cifras exactas, sin embargo la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) habla de 171.110 desahucios desde julio de 2008. Por supuesto, no todos estos desahucios se han producido en casas familiares, ya que muchos de ellos tuvieron lugar en locales, fincas, oficinas y naves. No obstante, es innegable que miles de familias se han quedado sin casa desde el comienzo de la crisis y que los desahucios de personas sin recursos se han incrementado enormemente. 

Con estos datos, no resulta difícil determinar cuál es la relación entre los suicidios y los desahucios en España. Para extraer conclusiones sobre el número de suicidios por desahucio que se han producido basta con leer los tres párrafos anteriores. El incremento inmenso de desahucios fruto de la crisis económica coincide con un acusado descenso del número de suicidios. ¿Significa esto que es falso que haya personas que deciden quitarse la vida tras verse desahuciadas? Ni mucho menos. Recientemente se han producido multitud de casos, de los que los medios de comunicación se han hecho eco con fuerza, en los que parece claro que diversas personas decidieron quitarse la vida debido, en parte, a la inminencia de un desahucio. De modo que sí, los desahucios han influido en algunos casos de suicidio.


El PAH, por su parte, asegura que el 34% de los suicidios en España se debe a un desahucio. Se trata, claramente, de un dato absurdo y manipulado. El 34% de las 3.180 personas que murieron por suicidio en España en 2011 es 1.081. Si es cierto que los desahucios provocan el 34% del total de los suicidios, éstos deberían haber aumentado en más de 1.000 muertes al año desde el comienzo de la crisis. Pero como vimos antes no ha sido así, sino todo lo contrario. El aumento de los desahucios ha coincidido con el descenso de los suicidios.

Las intenciones del PAH son loables. Sus razones, incuestionables. Por ello no es necesario que esta plataforma tergiverse la realidad para luchar por sus propósitos, y mucho menos cuando esa realidad afecta a otro aspecto que está siendo olvidado. En España mueren más de 3.000 personas por suicidio al año y se trata de un problema que debe ser tenido en cuenta por medios de comunicación, instituciones sanitarias y políticos. Para ello es necesario determinar qué se está haciendo mal y cómo se puede solucionar. Sin embargo, si relacionamos de manera falsa y simplista los suicidios con los desahucios estaremos dando la espalda al problema. Sin ir más lejos, cubrir un suicidio tras un desahucio de manera sensacionalista y simplista, como lo están haciendo los medios de comunicación en España, no sólo no ayuda a solucionar el problema del suicidio sino que además se corre el riesgo de producir un efecto mimético en personas que se encuentren en situaciones dramáticas similares.


Ada Colau, cofundadora y portavoz de la PAH, debe canalizar la fuerza social con la que cuenta de manera responsable y evitar que el suicidio sea usado para causas que nada tienen que ver con su resolución. Seamos fieles a la verdad. Sólo hay que mirar las cifras. 

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